El novillero zamorano, tuvo una firme actuación en Las Ventas por encima de los otros actuantes, que le tiene que valer para que las empresas se fijen en él.
Alberto Duran, no defraudó a nadie en su actuación de Madrid. Pese a no cortar las orejas, cuajó faenas, principalmente la primera propias de un torero placeado.
No era ese día ni ahora tampoco momento para exigir lo que a otros de más arriba del escalafón no se les pide. Son momentos para apoyar al torero y disfrutar del poso de toreria dejado, de su firmeza, de no ser un pegapases como, de la lidia perfecta lidia colocando los toros al caballos, de los lances a la verónica y de esa media “Belmontina” o mejor dicho “de Andrés Vázquez”que levantaron al público de sus asientos. Nuestro torero puso a toda la plaza de acuerdo ( catroce mil almas) siendo el único que fue despedido del ruedo con aplausos rotundos.
Ni la empresa de Zamora ni el Ayuntamiento, ni la Diputación pueden hacer oídos sordos a la actuación de Alberto Durán. Madrid le tiene que servir.
Lo que en las Ventas ocurre se sabe en toda España. No tardará algún empresario “avispado” en llamar. Mientras tiene que ser profeta en su tierra y las empresas de Zamora y por supuesto los ayuntamientos que “bregan” con dinero de todos, tienen que contar con él. El de la capital el primero. Y puestos a pedir, que sea mano a mano con la triunfadora del certamen Conchi Rios. Alberto se crece en los momentos de responsabilidad.
No valen excusas.
Zamora quiere un torero y el de Villamor está dispuesto a opositar al título. La empresa tiene que dejarse de “faroles” y “largas cambiadas”. Aquí tiene la ocasión de demostrar las continuas promesas de apoyo a esta tierra. Al toro.
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