El novillero zamorano Alberto Durán hace el lunes 28 su quinto paseíllo en Madrid en menos de un año.
En todas sus actuaciones ha ido creciendo como torero, motivo por el que la afición de Madrid lo espera.
El próximo lunes en Zamora tenemos dos citas, la primera con la romería de la Hiniesta y la Virgen de la Concha y una segunda con la Virgen de la Paloma, y lo que es para muchos el santuario de Madrid: la plaza de toros de “Las Ventas”., donde el joven novillero de Villamor de los Escuderos buscará el triunfo que le consolide como el mejor novillero del escalafón y le deje el camino allanado para su alternativa.
Alberto se volverá a enfrentar a los novillos de la ganadería de Guadaira, que le permitió el pasado 31 de julio dar su primer paso para cambiar el futuro taurino de nuestra provincia. Desde aquella recordada fecha en la que Alberto con ningún contrato firmado conseguía torear cerca de una docena de novilladas, volver a Madrid en la feria de otoño y nada mas y nada menos que poder torear en la feria de San Isidro.
Y así, en plena feria, la afición de Madrid, que en sus dos actuaciones de abril, han disfrutado de su toreo, y cantado su pureza., espera al novillero de Villamor. Solo falta que la suerte suprema le acompañe por que dado el excelente momento que atraviesa este joven torero es para poner el mundo del toreo a sus pies.
Para quien no haya visto torear a Alberto Duran, basta decir que es un torero puro, en el concepto del toreo castellano, pero con ese toque artista que tanto gustaba al Maestro zamorano Claudio Rodríguez seguidor de El Viti y Antoñete dos de los grandes toreros que han hecho de la mezcla castellana-artística su sello. Completísimo Alberto con el capote recuerda su estampa al maestro Julio Robles. Y con la muleta una gran hondura castellana de nuestro Maestro Andrés Vázquez, y con un toreo por los adentros que firmaría el propio José Tomas.
Así pues, de la suerte suprema dependemos todos los zamoranos que desde el tendido estaremos empujando para que Alberto consiga su sitio con la espada. Ni más ni menos pedimos porque del resto, se encargará él mismo, “listo como él solo que es” .
Por lo tanto, queda esperar. Impacientes todos, pero tranquilos porque los que hemos tenido la suerte de verlo entrenar a puerta cerrada hemos comprobado que sabe lo que hace y está “sobrado para Madrid”.
Todos somos Alberto. Estaremos contigo, muchos en la plaza, otros tantos frente al televisor.
“Ya casi está en capilla”. Desde fuera rezamos por poder decir, alto y claro: “ese que sale por la puerta grande de Las Ventas, es de Zamora”
¡Suerte torero!