El coloquio organizado por el Foro Taurino de Zamora con el cronista taurino Luís Miguel Parrado y el veedor Alberto Encinas fue todo un éxito tanto de asistencia, como de contenido y alicientes para el aficionado.
Los asistentes aprendieron y debatieron de toros con gran libertad, ansiando que en este 2014 el toreo vuelva a escribir líneas de grandeza en Zamora.
Un acto otra vez moderado con brillantez por la periodista zamorana Ana Pedrero que supo a poco a los aficiaondos asistentes
Eniclopedia mental
Parrado demostró ser una “enciclopedia taurina” logrando con su prodigiosa memoria el deleite de los presentes, rememorando historias de toros que gracias al gran juego dado en la plaza se ganaron ser recordados por los aficionados.
Así fue el caso de “Gitanillo” (Torrestrella) indultado por Dámaso Gonzalez en la feria del 93 en Valencia, que semanas antes había sido rechazado en reconocimientos veterinarios en Córdoba; o la referida al histórico “Jarabito” (Zalduendo) lidiado por Emilio Muñoz en Sevilla en el año 1999; toro que había sido rechazado en una primer reconocimiento por el presidente, pero que finalmente salio a la plaza y demostró una bravura “de 10” ante el caballo, tomando dos varas históricas en las que el toro empujo con destacada clase y poderío.
Luís Miguel apostó por Garcigrande como la ganadería más importante del momento, reconociendo en sus reflexiones que la Tauromaquia necesita un cambio en todo lo referido a los reconocimientos, tomando como ejemplo el modelo francés.
Figura sorprendente
Alberto Encinas sorprendió muy gratamente por la forma en la que trasmitió lo complicado de su labor a la hora de seleccionar los toros que saltan al ruedo,
Una figura la de el veedor desconocida para muchos de los presentes que la persona de Alberto Encinas desmitificó la visión distante que en muchas ocasiones se tiene de las personas que trabajan cerca del toro,con su caracter afable y cercano.
Durante su intervención demostró su amor hacia la profesión que desempeña y el orqué se tiene ganda la cofianza de importantes empresas y toreros. Atractivos para todos los asistentes fueron sus comentarios sobre las dificultades a la hora de realizar su trabajo. Una labor trascendente cuyo primer objetivo cuando de veedor de una empresa se trata es buscar el toro idóneo para la categoría de la plaza en la que va a ser lidiado, explicando igualmente lo difícil que resulta la selección que hacen los veedores de los toreros, principalmente los de “las figuras” que sin duda tienen más fuerza.
Encendido debate
Al final, el coloquio entró en su parte más caliente con las preguntas del públñico sobretodo las dirigidas a Encinas quien durante 14 años fue veedor para Zamora de las empresas Taurodelta y Servicios Taurinos del Duero, comentando los desagradables episodios que se vivían a la hora de los reconocimientos veterinarios, siempre en desacuerdo con la empresa. Eterno debate entre los defensores de los veterinarios o de los toreros.